La pérdida de la inocencia en la época actual
Épocas de ilusiones; de no esperar nada grandioso de la vida y del mundo y conformarse con ello. De creer que este es mi lugar y aquellos ricos son ricos y yo seré siempre pobre. De creer que “Los Beatles” son “Los Beatles” y no se me ocurre plantearme siquiera algún día tener una milésima de su fama o su poder.
Épocas de 20 años atrás en el tiempo avanzando cada año después llevándose un poco más de inocencia de la humanidad en su transcurso…
Hoy me creo que puedo ser rica si me lo propongo; si estudio, si obtengo un crédito, si trabajo con tesón por unos añitos para lograr negocios cada vez mejores. Hoy no creo que viajar a París tenga mucha importancia ni sueño con eso. Hoy me creo que puedo ser profesional si me esmero y esfuerzo y me ayuda un poco de suerte, y no creo que eso es para unos pocos.
Inocencia venida de menos en un estado de mundanalidad que ya no se llama así porque todos son mundanos.
Palabras fáciles con extraños en una discoteca si me preguntan algo y no me creen fácil por eso. O al menos no tan fácil como la persona que está bailando en la barra.
De palabras sexuales que dejaron de encerrar un tabú y colorear a la gente de mi ciudad.
Inocencia que es creerse importante (es saberse importante) por unos méritos poco frecuentes en los demás. Y la súper inocencia de creer en un matrimonio invencible por no creer en la posibilidad de la infidelidad de Juan ni aquí en mil años.
De recibir sorpresas, agradables o desagradables, venidas de un mundo al cual su conocimiento no domina porque es menos vasto.
¿Inocente yo? Todavía quedamos unos cuantos pocos inocentes en la ciudad.
Unos añitos de televisión, farras, viajes y sueldos se encargarán de acabar con ellos.
Clara Placencia
18-01-2009
martes, 14 de julio de 2009
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