Ni vivirá del petróleo para siempre ni se ha acostumbrado a vivir de él.
Un país que estuviera dependiente del extractivismo tendría el bien extraído en mención en las actividades de un buen 11% del engranaje social, con habitantes involucrados y sufriendo directamente de los vaivenes y fluctuaciones de ese bien; y mucha gente estaría lucrando de este. Porque la riqueza y lo que da de comer a las personas en los países de no socialismo no son los ingresos del fisco directamente. Obvio que la infraestructura de ciertos servicios y la administración de servicios del gobierno requieren de esos ingresos.
Pero... qué tal si se privatiza los servicios entregando la inversión al sector privado? Lógicamente los servicios deben ser regulados por el estado con derecho a intervención y vigilancia de los servicios estratégicos. Pero ante una capitalización privada de los servicios, el extractivismo en particular; es decir, agotar en algún momento los ingresos del fisco por esa vía no va a llegar a minar ni a los ingresos de la gente ni a su uso de servicios. Y claro que en la legislación se debe explicitar cómo va a ser la regulación estratégica y el derecho a voz y voto en el famoso ganar-ganar...
Si desde el momento presente se capitalizan privadamente los servicios, ese súper excedente del extractivismo oficial puede ser destinado a mejorar por ejemplo, servicios financieros del estado con Banco de Fomento y todo.
Qué tal que no pasaría maldita la cosa casi sin el petróleo.
Mientras puede ir pagando buenos sueldos del sector público, profesores, investigaciones, y obvio que irá planificando las inversiones estratégicas del futuro como descubrir técnicas de administración más avanzadas o recapitalización de la fertilidad de nuestra agricultura.
Escrito por: Clara Lucía Placencia
Quito, Ecuador
29 de julio de 2009
miércoles, 29 de julio de 2009
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