jueves, 30 de julio de 2009

Relatividad en las cuentas y el expendio de dinero

Relatividad en las cuentas y el expendio de dinero

Tengo 100 dólares; mi único haber pues gano solo 500 dólares y ya se me acabó el resto de dinero, y me pagan por este mes dentro de 10 días.

Voy al supermercado y compro 4 botellas de Gatorade, 1 paquete de salchichas y un par de medias nylon. Pienso que con esos 100 dólares me podría comprar una blusa y dos pantalones en la boutique, pero me digo a mí misma que mejor compraré más cositas porque está muy caro comprar ropa; luego salgo del supermercado con mis compras y me entretengo por ahí en el Centro Comercial y finalmente me detengo a tomar un café con algo de comer. Pido mi café y una empanada, y salgo.

Finalmente tomo un taxi y llego a la casa; guardo mis compras y voy a la tienda del barrio. Allí compro una cajetilla de cigarrillos y dos funditas de papas fritas y vuelvo a la casa.

Más tarde salgo y tomo otro taxi para encontrarme con amistades en un restaurante, y allí comemos; cada uno se paga su cuenta.

Al siguiente día, después del trabajo al mediodía voy al supermercado y compro más cosas: 1 botella de jugo, un frasco de talco, 1 pollo para cocinarlo en la casa, 1 frasco de perfume que me parece de aroma rico que vi en una percha. Pago y salgo.

De salida voy a mi auto, guardo las cosas, y en el camino pongo gasolina, medio tanque. Voy a la casa, que queda cerca de allí y guardo las cosas. Luego salgo nuevamente para encontrarme a la hora del almuerzo con mis amigos y después de comer regreso al trabajo.

Ya en la noche mi mamá prepara el pollo y cenamos.

Al día siguiente salgo al trabajo, pongo en el camino gasolina nuevamente medio tanque y voy al trabajo.

Me doy cuenta de que ya se me acabó el dinero y no tengo nada a cambio salvo una botella de talco y un par de medias nylon, lo cual es como no haber comprado nada. No entiendo para nada cómo se me acabó el dinero y empiezo a pensar si compré algo más, o si alguien me habrá hurtado unos 20 o 30 dólares de lo que tenía en la billetera.

Recuerdo que otras veces he comprado cosas y he estado satisfecha después sintiéndome retribuida y enriquecida por las cosas que he comprado, pero esta vez me siento empobrecida a cambio de nada.

Qué pasaría si no hubiera gastado los 100 dólares que me quedaban en eso, y hubiera comprado, por ejemplo:

Diez pares de medias de colores de 2 dólares cada uno; 1 shampoo y 1 acondicionador para el cabello; 1 frasco grande de yogurt; 2 paquetes de carne de res;
1 frasco grande de café; 2 paquetes de medias nylon; 1 frasquito de polvo para la cara; 2 lápices labiales; 1 CD de música de los pirateados; 1 jarrito con dibujos lindos para poner café; 1 planta para la oficina; 2 collares hermosos de los confeccionados como artesanías; 10 botellas de jugo Cifrut; 1 paquete de papel bond para la computadora de la casa (si ya no había papel); 10 lápices de los de resina (no lapicero con aparatito) para regalar a mis sobrinos; 1 paquete de 30 chupetes para guardarme 15 para mí y el resto para mis 3 sobrinos…

Me quedarían como 20 dólares y me sentiría como millonaria y totalmente a gusto con tantísimas cosas.

Para reflexionar sobre el valor de las cosas.

Espero que te sirva para saber qué cosas comprar y qué cosas están sobrepreciadas. Y alguien podría hacer una investigación concienzuda de este tema. O sea la asignación del precio que vale un producto no por su aparente costo de producción sino por lo que aporta, porque así se reajustaría toda una cadena de producción y si se entiende bien no se va a caer en la trampa de ver un lío sin solución por los productos imprescindibles pero que no aportan mucho y que tienen altos costos de producción. Si es imprescindible es que es valioso.

Así tendríamos en alta valía en nuestra conciencia y en la mente inconsciente a lo que nos hace mejor como una bella flor que debería valer muchisísimo más de lo que cuesta actualmente por la joya que es aunque se marchite después de un tiempo. O ese paquetito de carne roja que nutre altísimamente y viene de un animal más escaso que los pollitos. O qué tal hablar de un poquito de azúcar. Cuesta poquísimo en relación a la maravilla que aporta para hacer ricas todas las comidas al igual que los paquetitos de sal, aunque esta por su proveniencia tiene más razones para abaratarse según el componente de oferta y demanda por su más fácil oferta.

Obviamente la ley de la oferta y la demanda se debe seguir aplicando para siempre, pero estas demandas deberían ser más sabias.

Por razones sicológicas podríamos decir que el afán de superación de un hombre va a ir más a la par de ganas de cosas buenas y se dará la justicia de tener lo valioso si se es más valioso, inteligente y aportante. Aplicando la ley de la oferta y demanda del estilo de la capitalización del empleo por el valor de lo que aporta sumado a esta ley del sentido común.


Escrito por:

Clara Lucía Placencia
enero 2009
Quito, Ecuador

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