Para empezar a emprender
Ante las deficiencias del nivel de empleamiento posible en un país, el espíritu humano no se deja apabullar por completo, ni en los momentos más acuciantes de una crisis económica ni en situaciones crónicas de acostumbramiento: no se acostumbra nunca y como tal no cesa su lucha por salir del atolladero.
Emprender en cualquier tarea, con resultados de provecho económico o no, es lo que hacen todas las personas que no se han dejado caer en el letargo de una depresión. Pero la mayoría no lo logra pese a que no se apaga ese fuego interior de la ambición de progreso.
Proyectos. Lo que algunos hacen desordenadamente con la inteligencia de su espíritu y siempre con ilusión y sueños.
A veces nos dejamos confundir el horizonte por la pelea interior de cuál es el camino como proceso, aunque veamos una meta lejana a la que quisiéramos llegar sea como sea, o acaso con una varita mágica que arregle el rebullicio de las actividades diarias que son a veces simplemente reacciones de una persona que no se da importancia como para ocuparse en sus ideales.
Hoy podemos volver a emprender. Hacer a un lado viejos fracasos y ser realistas. Para mí mi amigo Juan Galarza es el único ejemplo de éxito rotundo en su vida exterior que puedo mencionar, pues ha logrado desde siempre una actitud de apegarse rectamente a lo que sabe que dará resultado sin autosabotear sus planes con la reacción a emociones del estilo de los defectos y pasiones que tiran hacia abajo. No porque no las sienta o no tenga dolor.
Ese modelo de lucha que no cede a autosabotajes paralizantes o contradictorios, está basado en ser tan altamente positivos que no nos dejemos afectar –en cuanto a nuestras acciones y decisiones- por el daño que nos puedan hacer los demás. Es también el sentirse tan importante que no va a permitir que le hagan daño, pero no a través; por ejemplo, con reacciones de persecución y dominio a otros, sino limpiamente. Decir por ejemplo, si soy infiel a mi pareja esto tendrá un efecto negativo en la vida de ella y en mi conciencia; no lo haré nunca. Si no negocio este aumento de sueldo exponiendo todos los argumentos reales, correctos y bien pensados, sería una estupidez; si no voy a esta invitación voy a dañar esta amistad que cree en mí, etc.
Qué tal, ¿no? Eso es ser positivos y ser auto-importantes…
Cuántas posibles ideas de meta de vida.
Eso es todo; ser lo suficientemente positivos para no dejarse empantanar por las acciones ajenas que a otros les atraparían en círculos viciosos o paradigmas de la victimización o dependencia. Eso sí que es ser independiente y luchador.
En este atardecer del lunes 27 de julio.
Hoy,
Clara Lucía Placencia
lunes, 27 de julio de 2009
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